Vivimos momentos de incertidumbre. El planeta y la sociedad se enfrentan a retos cada vez más complejos. La tecnología está facilitando que hoy podamos hacer cosas que hace unos años solo tenían cabida en películas de ciencia ficción. A día de hoy, ya hay expertos que calculan que los 60 días de confinamiento han acelerado seis años la digitalización del mundo.

La innovación se ha convertido en una ventaja competitiva en casi todos los sectores y organizaciones, también en el Tercer Sector. Sabemos bien que los desafíos sociales vinculados con diferentes formas de exclusión, vulnerabilidad y precariedad se han acentuado a raíz de la situación derivada de la crisis sanitaria del COVID-19.
Más que nunca escuchamos que estamos asistiendo a un cambio de paradigma a todos los niveles. Lo que está claro es que nos encontramos ante una situación diferente a la convencional, que está exigiendo nuevos planteamientos. Y en este sentido, sería necesario reflexionar qué tipo de innovación estamos impulsando.
Lo interesante es que lo social viene cargado de oportunidades, de puertas aún por abrir, porque la innovación es posible en todos los entornos, incluso en aquellos donde la limitación de recursos e infraestructuras es importante. Es más, la mayoría de las veces la innovación social en mercados emergentes es exportable a los países desarrollados, pudiendo ser comercializada en ambos.
Estos son algunos ejemplos de innovación social:
Internet a través de la luz en Costa de Marfil:
En Costa de Marfil, un ingeniero utilizó Lifi (Light Fidelity), para conectar gratis un pueblo entero a Internet.
Hasta su instalación, los habitantes de esta aldea, cercana a la frontera con Liberia que en 2003 vivió un golpe de estado, debían caminar más de 12 km para comprar una tarjeta con datos y conectarse a Internet. En un área sin red telefónica, pero sí demanda, este tipo de tecnología gratuita ha tenido un enorme impacto especialmente en la sanidad y educación de la región.
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Embarazo Saludable, telemedicina en una mochila
Según la OMS, cada día mueren en el mundo unas 830 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. Para combatir este grave problema de salud, en Guatemala se ha puesto en marcha Embarazo Saludable, una mochila que incorpora un ecógrafo portátil y un sistema de análisis de sangre y orina. Estas pruebas garantizan un control prenatal de calidad.
La Fundación EHAS ha añadido al ecógrafo un panel solar plegable para que el técnico pueda cargar las baterías durante los desplazamientos. Además, la Fundación preparó unos formularios específicos para recopilar la información del paciente, que se comparte con un equipo de ginecólogas españolas dedicadas a aconsejar y formar a las técnicas guatemaltecas.
En Guatemala el impacto del proyecto ha reducido la mortalidad materna y neonatal en un 35% tras haber atendido, desde 2012, a 16 000 mujeres de comunidades rurales».
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Big Data para visualizar lo que ocurre en nuestros bosques en tiempo real
Global Forest Watch es un mapa global con puntos de deforestación que se actualiza a diario. Los técnicos forestales utilizan una APP para monitorizar las alertas y suministrar información.
De hecho, la aplicación móvil se rediseñó para personas que en muchos casos no saben leer y que nunca habían utilizado una APP.
Más información sobre esta solución innovadora.
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