La evolución de la contribución de las empresas españolas a los ODS está mejorando, pero no con la velocidad suficiente para que se cumplan los objetivos de la Agenda 2030. Un mayor empeño en el ODS 17 (Alianzas) entre todas las estructuras desarrolla el papel clave para conseguirlo.
Será este mayo de 2019 cuando se cumpla un trienio desde la creación de la Agenda 2030. Desde entonces, se han puesto numerosos planes en marcha para llegar a lograr los objetivos marcados para el desarrollo sostenible.
Desde hace un par de años, la Fundación La Caixa ha impulsado el observatorio ODS. El pasado 29 de Mayo se presentó en el CaixaForum de Madrid el segundo informe de la contribución de las empresas españolas a los ODS, un proyecto en colaboración con la Cátedra Liderazgo y Gobernanza Democrática de ESADE.
En este informe se analiza el camino recorrido durante los tres últimos años a nivel global para alcanzar los objetivos en el que los países nórdicos son líderes en la implementación de la Agenda 2030. Sin embargo, ningún país se encuentra aún cerca de cumplir con los 17 ODS, quedando mucho camino aún por recorrer. Dentro de los 193 países analizados, España se encuentra en el puesto 25. La principal causa por la que se encuentran por debajo de lo propuesto es debido a las grandes desigualdades económicas y sociales entre los diferentes países de Europa.
Se evalúa por un lado el papel del estado y por otro la contribución de las empresas tanto de gran tamaño como de pequeño.
El papel del estado se centra principalmente en cumplir los objetivos sociales (hambre, desigualdad de género, educación y trabajo) y medioambientales (clima, agua, biodiversidad…). Dada la heterogeneidad observada en los puntos de partida de cada meta relativa a cada ODS, las prioridades de los Estados a la hora de implementar la Agenda 2030 deben fijarse a nivel de metas y no tanto de objetivos.
Por otro lado se encuentra que el papel desarrollado por las empresas es crucial para alcanzar el éxito de la Agenda 2030. Como se subraya constantemente en el informe, existe una necesidad de colaboración que sitúa las alianzas en un primer plano y las define a la vez como parte integrante de los objetivos y como condición necesaria para su cumplimiento. Estas alianzas entre empresa, estado, organización sin ánimo de lucro y sociedad, tienen como núcleo la creación de valor para ambas partes y la puesta en común de un único activo que sirva como motor para ganar velocidad y fuerza en único objetivo. Es por ello que la alianza queda recogida en el ODS 17.
Según las estudios realizados, las empresas toman como ODS prioritarios el 13 (Acción por el planeta), 8 (Trabajo decento y crecimiento) y 9 (Industria, innovación e infraestructura). De cualquier forma, el impulso a otros como medio ambiente o sociedad se están empezando a introducir en los discursos de las memorias. Se están tomando medidas como ahorro energético para eliminar el CO2 o impuslo de la economía circular y digitalización en la empresa.
Pero las empresas aún tienen un gran trabajo. Solo el 37% de las empresas analizadas mencionan a los ODS en sus memorias y existe una escasa participación en los índices de sostenibilidad.
El principal problema encontrado es la escasa transparencia. Solo un 15% aporta datos sobre la incorporación de los derechos humanos a la cadena de valor, un 34% sobre políticas de control sobre proveedores y un 62% afirma participar en alianzas pero no determina información sobre ellas.
También se ha analizado el importante papel de las pymes , pues representan la mayor parte del tejido productivo mundial y español. Las dificultades económicas y legales son las principales barreras que se encuentran. De cualquier forma, muchas son las empresas comprometidas que han decidido reorientar su actividad y ver los ODS como un objetivo de negocio.
Desde la Naciones Unidas se potencian con medidas como el SDG Acelerator, un proyecto que pretende la implantación de los ODS en vías de negocio en pequeña y mediana empresa. Las políticas de RSC y ODS de las pymes no responden a una obligación administrativa, sino al convencimiento y la motivación de tener un impacto social positivo. Se trata como un desafío pero también como una oportunidad para mejorar la imagen de la empresa, contribuir a la sociedad y desarrollar una vía de negocio socialmente responsable y sostenible.
Para aplicar con éxito la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, debemos pasar rápidamente de los compromisos a la acción. Para ello, necesitamos alianzas sólidas, inclusivas e integradas a todos los niveles .
Ex secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon x
Puedes leer todo el informe pinchando aquí.
