ESADE ha analizado las conversaciones que ha mantenido con algunos responsables de ONG sobre cómo se ha respondido y actuado durante la emergencia sanitaria. «El Tercer Sector ante la crisis del COVID»-19″ también recoge el impacto que las entidades sociales prevén a corto y medio plazo. Esta publicación nos ayuda a entender la realidad de las entidades sociales. Aquí, te contamos las principales conclusiones:
Por un lado, se confirma que todas las organizaciones del Tercer Sector se han visto afectadas por la COVID-19, aunque bien es cierto que no de igual manera. Hay ONG que, por su actividad, han movilizado recursos para dar una respuesta a la emergencia, y otras se han limitado a modificar sus operaciones regulares.
Lo que parece claro es que el impacto de la COVID-19 ha sido y será significativo en los ingresos de las ONG. En algunos casos, se ha incrementado para hacer frente a las consecuencias sociales de la crisis sanitaria, pero para muchas entidades supondrá una reducción de fondos en sus fuentes de financiación habituales.

En cualquier caso, el Tercer Sector tiene un reto importante por delante: acelerar la transformación digital e integrar la innovación en la cultura de la organización. ¿Por qué? En estos momentos, nos encontramos inmersos en entornos complejos y las organizaciones necesitan responder con mayor flexibilidad y adaptabilidad. Solo si son ágiles serán capaces de hacer frente a dichos cambios y alcanzar sus metas.
En este contexto, las ONG han establecido que los grandes retos para el sector son los siguientes:

Los líderes de las ONG en la gestión de la crisis:
«En todo el proceso de respuesta debe haber un liderazgo directo desde la dirección general. Y asegurar sintonizar institucionalmente con la nueva realidad». Así lo afirma ESADE, que define cuáles son las 6 funciones clave del liderazgo:
- Dirigir. La dirección debe establecer las líneas estratégicas de la organización.
- Comunicar la dirección y orientar al equipo, especialmente a las personas clave.
- Motivar. Solo así se conseguirán los objetivos de la organización
- Diseñar. Desarrollo organizativo. Construir una organización que sea duradera más allá de la contribución del líder. Este punto es especialmente interesante porque supone una reestructuración en la mayoría de los casos.
- Influenciar. El objetivo es promover la misión de la organización.
De esta forma, se conseguiría el compromiso de los principales grupos de interés - Resultados. Y medirlos.

Entre las aportaciones de las entidades, cabe destacar que:
- Estamos ante la gran contradicción de las crisis: la sostenibilidad económica de las ONG va a ser muy difícil, mientras que las necesidades sociales están creciendo a un ritmo frenético.
- El Tercer Sector debe colaborar e «ir a una».
- Planificar y priorizar. Revisar el corto plazo, pero no cambiar el largo, al menos por ahora.
¿Y cómo se presenta el futuro de las ONG? Con retos. Muchos retos.
El primer reto es la actuación y programas. ¿Qué pasa con los proyectos no-COVID? La capacidad de adaptación al entorno será clave para asegurar la consecución de todos los todos los proyectos posibles.
El segundo reto es la digitalización. En este sentido, desde la Fundación Ingenieros ICAI ponemos el conocimiento de los profesionales de la ingeniería al servicio de las ONG.
¿Trabajas en una ONG donde estáis buscando la forma de digitalizar procesos, pero no sabéis por dónde empezar?, ¿quizás ya habéis empezado, pero os habéis encontrado más dificultades de las esperadas y ahora no tenéis claro cómo avanzar?
Desde la Fundación, acompañamos a las entidades sociales en sus procesos de digitalización y de transformación hacia la nueva realidad a la que se dirige nuestra sociedad. Si es tu caso, escríbenos a fundacion@icai.es y cuéntanos en qué punto os encontráis para que juntos podamos encontrar sinergias.
El tercer reto es la financiación. Para ello, se proponen alianzas público-privadas que ayuden a optimizar los recursos. Esta concepción va más allá del rol de financiador que tradicionalmente se le ha asignado a la empresa en estas colaboraciones.
El cuarto reto es colaboración y trabajo en red, algo que parece lógico, pero no muy habitual en el Tercer Sector.
El quinto reto es el gobierno de las entidades y gestión de equipos. Esto supone nuevos perfiles y nuevas competencias. También se habla de compromiso.
El sexto reto es el nuevo contexto social. Cabe destacar la redefinición del papel de las administraciones en relación a la sociedad y el Tercer Sector, así como la necesidad de abrir la conversación a nuevos actores.
El séptimo reto es la oportunidad de reposicionar el sector, creando nuevos relatos, pero también aprovechando las redes de colaboración espontáneas que hemos visto crearse de la noche a la mañana en la sociedad civil para multiplicar y escalar el impacto social. Es decir, poner en valor lo que el Tercer Sector sabe hacer muy bien: hablar de la realidad social, convirtiéndose en referentes.
Y datos. Sobre todo, saber contarlos para visibilizar problemas y generar soluciones. También se habla de reflexión estratégica y volver a la esencia. Habrá que reajustar, pero no perder el foco.