Así ha sido el impacto del proyecto de acceso al agua en Villa Gonzalo 2 años después

Han pasado dos años desde que estuvimos en la comunidad nativa de Villa Gonzalo, de la etnia Wampis, en la Amazonía peruana. Allí, construimos 16 fuentes de recolección de lluvia para unas 150 familias, consiguiendo dar acceso a agua potable a un total de 738 personas.

Niños jugando al fútbol en Villa Gónzalo (Perú)

Nuestro objetivo estaba claro: garantizar agua potable para mejorar la alimentación y reducir las enfermedades de la comunidad indígena de la etnia Wampis, ubicada en el Río Santiago, provincia de Condorcanqui, Perú. En definitiva, buscábamos un impacto positivo en la vida de las personas de la comunidad de Villa Gonzalo.

Dos años después nos preguntamos si lo hemos conseguido. Un pequeño “spoiler”: desde la Coordinación Apostólica del Alto Marañón nos cuentan que se ha producido una “disminución significativa de casos de fiebre tifoidea y de diarreas en la población, principalmente en los menores. Anteriormente a la instalación de estas estructuras, se reportaban muchos casos de tifoidea y diarreas por problemas estomacales, incluso hubo menores fallecidos”.

Pero no adelantemos acontecimientos. Primero, retrocedamos en el tiempo.

AÑO 2017:

En el verano de 2017, se hizo un diagnóstico de los problemas de acceso a servicios básicos de la comunidad, donde se priorizó el acceso al agua potable como la principal carencia de la población.

Durante los meses siguientes se desarrolló y financió una solución basada en la captación distribuida de agua de lluvia por medio de estructuras de captación y tanques de polietileno.

Nuestro propósito era no solo apoyar y monitorizar la construcción de las estructuras, sino dar un paso más: formamos a los beneficiarios tanto en la organización como en el montaje, para que sean autosuficientes y no dependan de nada ni de nadie.

Acceso al agua en Villa Gónzalo

Solo así nos garantizaríamos su continuidad.

AÑO 2018:

Finalmente, en el verano de 2018 realizamos un segundo viaje para que el proyecto se convirtiera en una realidad.

Se construyeron 16 estructuras repartidas por los terrenos comunitarios. Cada estructura dio servicio a entre 6 y 10 familias.

¿Cómo fue posible? La comunidad se organizó en grupos de trabajo. Todas las familias estuvieron involucradas en la construcción de las estructuras de captación, consistentes en techados de madera y chapa metálica de aluminio comúnmente utilizados en la zona. Cada grupo de trabajo era responsable del levantamiento de su estructura. Parece algo simple, pero el compromiso de todas las partes involucradas es lo que marca la diferencia.

Construcción fuentes de recolección de agua en Amazonas peruana.

Los materiales se obtuvieron a través del Vicariato de San Francisco Javier de Perú con financiación de la Fundación de Ingenieros de ICAI gracias a la colaboración de varios donantes. ¡Gracias de nuevo!

El responsable del proyecto, Fernando Crespo Pérez, viajó hasta Villa Gonzalo a finales de agosto de 2018 para supervisar el proyecto.

AÑO 2020

A día de hoy, las 16 estructuras construidas siguen en funcionamiento. En este sentido, las familias se encargan de la limpieza y desinfección de sus respectivas estructuras, y del entorno donde está instalada la estructura.

Se han formado comités para cada estructura, que se encargan de su manteniendo y limpieza, así como del correcto uso del agua que principalmente se destina para la limpieza de manos, cocinar, y hervir para beber.

Los comités han gestionado el cambio de piezas de caños o llaves dispensadoras. Algunos comités han colocado una protección a la estructura para protegerla de la presencia de animales domésticos. También, hay comités que se han organizado para colocar bases sobre las cuales se encuentran los baldes o cubetas de las familias. Otros han cambiado el filtro que salía del tanque porque tardaba mucho la salida del agua.

Si bien la estructura interna es usada como tendedero de ropa en tiempo de lluvia, se toman todas las precauciones para que esto no afecte al buen servicio de la estructura.

Por otro lado, todas las familias beneficiarias de una estructura han contribuido con dinero para cambiar alguna pieza cuando ha sido necesario.

Nos hemos puesto en contacto con el Padre Carlos Quintana, de la Compañía de Jesús, que se ocupa de la Coordinación Apostólica del Alto Marañón (CAAM). Él nos dice:

“Una vez más, agradecemos la asesoría profesional y el apoyo financiero recibido de parte de la Fundación Ingenieros de ICAI.

Quedo muy agradecido con la Fundación Ingeniero de ICAI por todo el esfuerzo realizado para alcanzar el objetivo del proyecto de proveer de agua a las comunidades Wampis de la amazonia peruana”.

Desde la CAAM nos explican que una de las grandes ventajas es el ahorro de tiempo de las familias en busca de agua potable gracias a estas estructuras.

¿Qué habría pasado si el proyecto no se hubiera realizado?

Los beneficiarios indican que, en tal caso, estarían sufriendo seriamente de enfermedades, más aún en este tiempo de pandemia de la COVID-19. De hecho, el gobierno local les había ofrecido la instalación de agua potable en las residencias. “Pero esto no se ha cumplido, y nada indica que se logre a corto tiempo”, nos indican.

Desliza el cursor para ver el antes y el después.
Desde 2018, gracias a este proyecto 150 familias ya disponen de agua potable. Y lo que nos resulta muy motivante es que “el modelo de las estructuras de captación de agua de lluvia implementadas en el proyecto ha sido tomado como referencia para las instalaciones de otras comunidades en la zona”.

Gracias donantes y voluntarios de Fundación Ingenieros ICAI que con vuestra contribución lo hacéis posible. Gracias AUARA y Fundación Accenture por vuestra aportación económica.

Ayúdanos a seguir conectando la ingeniería con causas sociales.

AQUÍ encontrarás más información sobre este proyecto.